Dominique Strauss-Kahn, expresidente del Fondo Monetario Internacional, ha dimitido de su puesto, pero su relación con éste organismo público no ha terminado, sigue en una dirección, en la de enviarle mensualmente una pensión vitalicia por el mero hecho de haber dirigido durante algo más de tres años las riendas del mundo.
Hasta ahora nunca nos hemos planteado si éstas retribuciones vitalicias, al dejar de trabajar para la función pública, son justas o no, es un debate que no se ha trasladado a la calle y menos a los organismos que realizan éstos pagos, por lo que no se ha tratado de eliminarlos. Pero, en éste caso, no estamos hablando de que ha cumplido con su mandato, sino que ha dimitido a causa de una acusación de violación en Estados Unidos, así que nos entran las dudas de sí debe seguir cobrando esa pensión.
El expresidente del FMI tenía un sueldo de alrededor de 500.000 dólares anuales (fijo más dietas), pero al dejar su cargo, va a obtener una pensión vitalicia, de la que no se ha desvelado la cuantía, pero se vaticina que estará en torno a los 100.000 dólares anuales. Y, además, por haber dimitido también tiene una prima, del 65% de su sueldo, es decir, algo más de 250.000 dólares.
En el caso de que cualquier de nosotros rescinda su contrato en su trabajo no obtiene ningún tipo de finiquito, y esa última paga que vas a cobrar se prorratea por los días que has trabajado, por lo que no cobras ese último mes íntegramente. Y, además, como baja voluntaria no tienes derecho a percibir la prestación del paro.
Es evidente que esta persona que ha estado dirigiendo el FMI durante tres años y medio no debe cobrar ningún tipo de pensión, ya que no ha cumplido con los términos de su contrato.
Pero, vamos a ir más allá. Los expresidentes de España también obtienen pensiones vitalicias por el mero hecho de haber trabajado en la función pública, “representando a los ciudadanos”. Después de haber estado cobrando el buen sueldo que tienen durante los años de ejercicio de la política, tienen derecho a ésta pensión hasta el fin de sus días, que ronda los 80.000 € anuales.
Por los curriculums que tienen algunos de nuestros políticos podemos suponer que son competentes en otros oficios aparte de la política, que en éste ámbito ya dudamos si lo son. Por lo que, al salir del oficio de políticos no van a tener ningún tipo de problemas para llegar a trabajar en cualquier otro sector, ya sea como consejero o como directivo de empresas (que se está poniendo de moda), debido a las influencias que han ido creándose durante sus años en la función pública, o por sus propios conocimientos.
Por lo tanto, ¿es necesario pagar una pensión vitalicia a Dominique Strauss-Kahn? ¿Y al resto de personalidades que inundan la función pública?
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