jueves, 14 de abril de 2011

Democracia y mayorías


La democracia, con el paso de los tiempos ha ido cambiando su significando, hasta llegar a convertirse en una forma de convivencia social, donde todos los componentes de la sociedad son libres e iguales. Y ha quedado relegado a último plano el sentido original de “democracia”, que consiste en una forma de gobierno, en la cual el poder lo tiene el pueblo.
Pero quedarnos ahí sería definir la democracia a medias, ya que la democracia consiste en convencer al resto, hacer  ver al otro, al semejante, que tú idea o tu propuesta es la buena, que es la que necesita el país o la sociedad.

Con el paso de los años, las sociedades han ido evolucionando y se han ido haciendo más grandes, más pobladas, y está claro, que actualmente sería inviable poder convencer a todo un país de que tu ideal es el mejor; demostrar que tienes razón llevaría días, o quizás una eternidad. 

Pero lo que se ha llegado a hacer con el paso de los años es desvirtuar la esencia de la democracia, la de convencer a todos.

Con el actual sistema que rige en la mayoría de los países, elegir representantes (que suelen ser de listas cerradas) que van a votar las decisiones que guiarán el pueblo, se pierde la idea primera de la democracia. El sistema de mayorías que poseen la mayoría de los países hace que voten todos los ciudadanos (los que tengan capacidad), pero obliga a los que votan en contra, o a los que pierden en una votación, que votarán en contra o se abstendrán porque no les parecerá la mejor forma de abordar el asunto que se está votando.
Como ejemplo reciente en nuestra economía nacional tenemos el del “tijeretazo” en España, en el cual se aprobó el plan de recortes para reducir el déficit del Estado (en este artículo no voy a entrar en si es bueno o no este plan). En esa votación se aprobó el plan, que ha tenido y seguirá teniendo una trascendencia económica y social inimaginable en la actualidad de España, por un solo voto. Una sóla persona fue capaz de decidir el rumbo de una medida de tal magnitud.

Si dividimos a la sociedad española (aproximadamente 46.000.000 de ciudadanos) según los escaños que existen en el Congreso de los Diputados (350), los que votaron a favor fueron 23.131.428 (176 escaños), mientras que los que votaron en contra o se abstuvieron fueron 22.868.571 (174 escaños). Es decir, existe una diferencia de casi 263.000 votos, que representan el 0’57% de toda la población de España.

Con este ejemplo demuestro como se ha desvirtuado el sentido original de la democracia; en un país como España, únicamente el 1% (o menos, como en este caso) de la población puede decidir el futuro de todo un país, sabiendo que el 49% restante de la población está en contra de la medida, o no les convence del todo.
Como he dicho antes, la democracia llevada a su sentido estricto u original, sería imposible en una sociedad como la actual, en la que coexisten tantos individuos; pero queda demostrado como el paso de los años ha ido transformando el sentido original de la “democracia”, y se ha convertido en un sistema cómodo para gobernar un país.

Con este artículo no pongo en duda la reforma llevada a cabo por el Gobierno de España (el llamado “tijeretazo”) ni la importancia de la democracia en nuestra sociedad.

Por otra parte, también encontramos las temidas relaciones entre los partidos o entre las personas influyentes que hay en un país, que también determinan el sentido de los votos en una dirección u otra (véase el caso de la “Ley Sinde”), haciendo que las personas que fueron votadas por el pueblo cambien su voto debido a tener que cumplir con cierto sector de la sociedad.

2 comentarios:

  1. Vaya, si que han hecho bien su trabajo los políticos y los medios, pues bien amigo, para tu información la democracia es cuestión de grados, y como bien dices, que el 1% del país controle al resto no es una democracia, es un chiste malo.

    Podría darte ejemplos donde cierto grado de democracia con calidad sí que existe: Suiza, Finlandia, y algunos países más evolucionados y que se preocupan por su destino y gobernantes, aquí nos diferenciamos en que la corrupción y la falta de democracia está institucionalizada.

    De hecho hay mucha gente como yo que cree que la democracia directa es posible y necesaria, básicamente que cada persona pueda elegir a otra persona que la represente o ella misma pueda votar sus leyes si acredita tener los conocimientos y la madurez necesaria para votar con criterio.

    Y sí, en éste país de catetos e idiotas eso tardará en llegar cientos de años, no hay más que ver lo mal que cuidamos la supuesta democracia que teníamos, a los partidos políticos falta que les cambien el logo por los de los bancos y al revés.

    En fin, no te creas que lo hay es la única realidad posible.

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  2. Estoy de acuerdo contigo, alomejor al sistema actual no deberíamos llamarlo democracía, o alomejor deberíamos llamarlo democracia de pésima calidad...
    En definitiva, lo que necesitamos es cambiar éste sistema.

    Saludos!!

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