Me imagino que más de uno pensará que la base para que un país sea fuerte y tenga unos cimientos asentados debe ser una buena educación de sus ciudadanos. Pero con la llegada del Informe PISA 2009 de la OCDE observamos que la media en Educación de España no llega a la media de los países desarrollados, sino que se queda 12 puntos por debajo.
Este informe mide los conocimientos de los jóvenes de 15 años de 65 países en las materias de lectura, matemáticas y ciencias.
La noticia de estos datos, aparte de ser pésimos, es que en los últimos años prácticamente no se han mejorado, en matemáticas se ha aumentado en 3 puntos la media obtenida en el año 2006 y, en ciencias seguimos estancados con los mismos puntos del anterior informe.
Estos datos que arrojan el Informe PISA se pueden traducir a la economía y al modelo de crecimiento que sigue la economía española.
El crecimiento de una economía depende directamente de dos factores, el primero de ellos es la mano de obra y, el segundo, la productividad. La mano de obra está basada en tener más trabajadores, por lo que el crecimiento aumenta; pero la productividad está relacionada muy directamente con el nivel de estudios o los conocimientos de esos trabajadores, que hacen que la economía puede crecer muchísimo más rápido que aumentando el factor mano de obra.
Durante estos años de crisis hemos estado criticando que el modelo español se basaba fuertemente en la mano de obra, ya que la economía crecía gracias a la construcción, basada en éste factor. Y, debido a la crisis económica, los políticos plantean un cambio en el modelo económico, que debe basarse más en la productividad que en la mano de obra.
Pues bien, con los datos recogidos en el Informe PISA 2009 se hace difícil pensar en un modelo económico español distinto al que hemos estado utilizando durante los años pasados, ya que con la educación tan mediocre que tenemos en España es difícil ver una economía basada en la productividad.
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